Veteranía y juventud. Teoría y práctica. Gachós y gitanos. Flamenco en Lebrija y de Lebrija.
De nuevo a la Casa de la Cultura para escuchar conferencia y cante. Cometí el error de sentarme en la primera fila (nunca lo hago porque me gusta deambular a mi aire para ver y escuchar más cómodamente) y lo primero que oigo de alguien a mi lado es que esto del flamenco no le gusta pero que ha venido por acompañar a su amigo Ricardo. Bajada de moral.
De nuevo a la Casa de la Cultura para escuchar conferencia y cante. Cometí el error de sentarme en la primera fila (nunca lo hago porque me gusta deambular a mi aire para ver y escuchar más cómodamente) y lo primero que oigo de alguien a mi lado es que esto del flamenco no le gusta pero que ha venido por acompañar a su amigo Ricardo. Bajada de moral.
Comienza Manuel Martín (denominador común de la XLVI Caracolá) y nos justifica que lo que debían haber sido dos mesas redondas entorno a CURRO MALENA se quedan en dos conferencias porque no encontraba personas adecuadas para analizar la vida y obra del homenajeado; si acaso, Mario Fuentes pero está enfermo. ¿?.
Presentación del primer conferenciante, Ricardo Rodríguez Cosano que nos hablará de “Curro Malena en los cantes de Lebrija”: Cantiñas de Pinini, Soleares de Juaniquín, Bulerías de Antonia Pozo y cantes de El Choza. Declamación de las letras identificativas de los citados cantaores y una de cosecha propia dedicada a la Pozo. También lo de los “veinte reales del duro”. Nada nuevo bajo el sol.
Retoma la palabra el flamencólogo de Écija y mantiene el tipo y el tiempo para dar fundamento a la cosa.
Vamos con el cante. Carmen Vargas (me gusta más, por fuerza y originalidad, Carmen de Quintín) acompañada a la guitarra por su hermano Curro y por tres palmeros con presencia poca adecuada para la ocasión (no sé si la decisión de invitarlos se tomó sobre la marcha o formaba parte del cuadro. Si fue lo primero, hay disculpa).
Ilusionante y bella estampa de los hijos de Concha y Rafael por los no sólo corre sangre lebrijana, sino que brota la música identificativa del flamenco de esta tierra. Tangos y Bulerías arromanzadas. Gitanería. Son muy jóvenes y la fuerza les sale por los poros. Tiempo habrá para parar, templar y mandar. Tienen lo más importante: casta y afición.
Aventuré que la matriarca pondría la guinda al pastel. No fue así, sus razones habría.
Presentación del primer conferenciante, Ricardo Rodríguez Cosano que nos hablará de “Curro Malena en los cantes de Lebrija”: Cantiñas de Pinini, Soleares de Juaniquín, Bulerías de Antonia Pozo y cantes de El Choza. Declamación de las letras identificativas de los citados cantaores y una de cosecha propia dedicada a la Pozo. También lo de los “veinte reales del duro”. Nada nuevo bajo el sol.
Retoma la palabra el flamencólogo de Écija y mantiene el tipo y el tiempo para dar fundamento a la cosa.
Vamos con el cante. Carmen Vargas (me gusta más, por fuerza y originalidad, Carmen de Quintín) acompañada a la guitarra por su hermano Curro y por tres palmeros con presencia poca adecuada para la ocasión (no sé si la decisión de invitarlos se tomó sobre la marcha o formaba parte del cuadro. Si fue lo primero, hay disculpa).
Ilusionante y bella estampa de los hijos de Concha y Rafael por los no sólo corre sangre lebrijana, sino que brota la música identificativa del flamenco de esta tierra. Tangos y Bulerías arromanzadas. Gitanería. Son muy jóvenes y la fuerza les sale por los poros. Tiempo habrá para parar, templar y mandar. Tienen lo más importante: casta y afición.
Aventuré que la matriarca pondría la guinda al pastel. No fue así, sus razones habría.
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